domingo, 9 de marzo de 2014

Estadísticas sobre los productos lácteos. ¿Dónde ha ido a parar la grasa perdida?




El consumo de leche en los EE. UU. ha descendido en las últimas décadas. Según la página de este neurobiólogo, basada en datos de la USDA, ya no se bebe tanta leche como en los años 70 y en concreto el consumo de leche entera ha bajado en un 80%. Es algo evidente en una simple visita al supermercado. Poca gente compra ya leche entera, preocupados por la grasa que contiene.

En cambio el consumo de leche desnatada y semidesnatada ha crecido claramente.









Esto lleva naturalmente a una pregunta: ¿Dónde ha ido a parar la grasa que la industria láctea tiene que quitar de sus brick de leche?

La respuesta está en el siguiente gráfico:




Básicamente, el americano medio ha dejado de tomar esa grasa en la leche para tomarla en el queso, con un gasto mayor en el camino. Ahora el queso acompaña comidas como hamburguesas (algo nutricionalmente redundante, pues las primeras ya tienen grasa animal y proteína) y multitud de otros productos cárnicos y procesados.

Toda una victoria para la industria láctea, posibilitada, según las investigaciones del periodista Michael Moss, por el gobierno americano, que además lleva comprando los excesos de producción de queso y mantequilla desde los años 70.

Y lo que es más, desde 1995 una empresa de marketing sin ánimo de lucro y creada por el gobierno, intenta fomentar el consumo de grasa derivada de la leche en sus productos.

Algo que recordar cuando volvamos a ver a Michelle Obama "luchar" contra la obesidad infantil.